La jornada del Jueves Santo para los miembros de la Hermandad, concretamente
para los grupos de trabajo que se crean en cada Paso y los Hermanos encargados
del material (priostes, mayordomos, camareras, etc.), comienza sobre
las 8 de la mañana, aunque algunos prefieren quedar antes aún,
para tomar un fuerte desayuno y coger energías para la jornada que
les espera.
A continuación, por grupos, empiezan a sacarse las imágenes
de la Iglesia. Cada Paso sabe perfectamente lo que tiene que hacer, se
sabe de antemano el cometido de cada uno. Es crucial subir las imágenes
a los Tronos antes de que empiece a despuntar el sol por el patio, para
que de esta forma, los floristas puedan trabajar con sombra y
no se marchiten las flores, aunque conforme avance el día, se tendrán
que ir moviendo los Pasos allá donde no les dé el sol. Sobre
las 11 de la mañana toca descanso, toca almuerzo: todos los presentes
se reúnen alrededor de una mesa en el patio, de pie, para
compartir un ligero agapé. La sensación de compañerismo,
hermandad y confort reina por doquier. Empiezan los primeros comentarios
de cómo saldrá la procesión por la tarde, de cómo
están quedando adornados los Pasos e incluso se empieza a hablar
de futuros proyectos –y eso que no ha empezado la Procesión-.
Patio de los Salesianos tras montar los
Pasos
Es
el momento de saludar al hermano que no se le ve desde el Jueves Santo
del año anterior, incluso se le recrimina el que sólo se
le vea ese día (y en el almuerzo.) Todo ello en un ambiente de cordialidad.
El patio de los salesianos es un hervidero
de gente. Curiosos, miembros de otras hermandades, familiares, etc., visitan
el patio para ver como se desarrollan las tareas que conllevan preparar
una procesión.
Terminado el almuerzo se prosigue con los trabajos. Los hermanos del material
ultiman los enseres procesionales, velas, hachones, estandartes, etc. Los
costaleros de cada paso, si han terminado de montar el suyo ayudan al resto.
La Santa Cena es el último en terminar; ya se ve la mesa decorada
con frutas, hortalizas, toñas. Es una jornada de compañerismo
y solidaridad. Llega la hora de comer y los Pasos que lo han decidido organizan
una comida de hermandad donde vuelve a convertirse en un foro de discusión
y de comentarios la procesión, la Hermandad y la Semana Santa
en general. Hay que terminar pronto que hay que descansar. Por la tarde,
una hora antes de la salida procesional hay que estar en el patio: junto
al paso los costaleros, y cerca del almacén, los hermanos de filas
para recoger el material que han de llevar. Son las 20:15 y empieza la
procesión. Todos estamos con una ilusión y una emoción
indescriptibles. Unos rezan, otros se santiguan, otros van descalzos, otros…mandan
callar. Todos decimos lo mismo, “un año más….y que siga”.
Son las 12 de la noche y termina la procesión en el Ayuntamiento.
Empieza la “espantá”; nos quedamos los mismos para desmontar los
pasos y recoger el material. Siempre igual, pero está totalmente
asumido. Se suben los Pasos y material a los Salesianos: son la 1:30 de
la madrugada. Hay que desmontar rápido; cada uno sabe de nuevo perfectamente
lo que hay que hacer. Todos los Pasos nos hemos quedado “en cuadro” así
que es importante el compañerismo esa noche. Conforme se van desmontando
los pasos, los costaleros van pasando por el resto de Tronos para ayudar
a los compañeros a desmontar, al igual que no nos tenemos que olvidar
de los Hermanos de material, hay que ayudarles a recoger.
Uno de los momentos que
más gustan a los costaleros es el momento en que cada imagen vuelve
a su capilla. Son las 4 de la madrugada, hace fresco, y en un completo
silencio, los costaleros que quedan acompañan a su imagen a la capilla
y se despiden de Ella con un rezo, un beso o un hasta el año que
viene.
El Cristo de los Jóvenes yace delante
del altar –mañana viernes hay Vía-Crucis-. Es impresionante
ver el Cristo Crucificado en el suelo, alumbrado por 4 grandes velones
y adornado con las mejores flores de cada uno de los Pasos. Estamos terminando;
hay gente que no quiere irse hasta que no se termine del todo, gente que
entra en la Iglesia a orar, a contemplar esa “fotografía” del Cristo
de los Jóvenes. Son momentos de recogimiento, incluso de análisis
de cómo ha ido todo.
Son las 5 de la mañana y
según
el año, se ha preparado una cena fría o ha habido “cena
de
sobaquillo”. Alrededor de una mesa sacamos los bocatas y de nuevo el
tema
de conversación: la procesión, la semana santa, nuevos
proyectos.
Son las 5:30: hay que descansar. Hasta la próxima
reunión, otros hasta mañana, pues todavía
quedarán fuerzas para sacar otro Paso,
y otros…hasta el año que viene.